[Eriol T. Harlaown] Amenazas de padres y Autocensura: Un problema de la televisión de hoy
Por
Roque A. Espinoza Bravo
el
6.2.15
"Triste época la nuestra. Es más fácil desintegrar un átomo que superar
un prejuicio”. Albert Einstein.
En varias ocasiones se ha
comentado acerca de la censura de algunos shows que vemos a través de nuestros
canales favoritos en televisión, lo que ha llevado a que en muchos casos no los
veamos como corresponden a lo que originalmente fue creado a partir de los
guiones de sus creativos. Se ha comentado de censuras de parte de conocidos
canales, como las de Cartoon Network
Latinoamérica a su popular “Un Show
Más”, tijeretazos de las distribuidoras a franquicias adquiridas y un
sinfín de hechos que muchos de nosotros hemos calificado de cuestionables y en
otros casos aberrantes.
Pero hay algo de lo cual no hemos
abordado aún, y de lo cual constituye la génesis de todo esto. Ese obstáculo
que no respeta horarios para adultos o guiones originales y genera escándalos
artificiales. Peor aún, no son los televidentes potenciales de los canales que
se discuten acá.
Usted, al igual que yo, creemos en
el respeto a nuestros padres, no por algo fueron nuestros formadores, nuestro
ejemplo, nuestra identidad, el objeto de cariño y de respeto de cada ser humano
en la faz de la tierra. Sin embargo, sentimos que algo ha cambiado en los
últimos años.
El problema: La queja parental
Hace algunos días atrás, me
encontré con esta nota de queja de parte del padre de un televidente del canal
Boomerang Latinoamérica, el cual dejo de manera absolutamente textual, sin
modificación alguna:
“Presentación de una INQUIETUD o QUEJA. Gusto en saludarles, conseguimos este correo para formular una
inquietud con respecto a un comercial que pasan en boomerang que de paso se
supone es un canal infantil…
En consecuencia, están pasando una publicidad de MASHA y el OSO donde
la voz de un infante dice que el es un perezoso, medio torpe, entre otras
palabras usadas por la voz de ese infante… que no debería utilizar y para
completar hace referencia a que NO no es tu papa es OSO de MASHA y el OSO, es
decir, no respeta la figura de nosotros los PADRES que no se debería
transgredir por la voz de un infante tomando en cuenta que mis hijos ven el
canal infantil, de tal manera pues que con todo RESPETO deberían corregir esa
publicidad, para preservar la figura paternal ya que de la misma también se
desprende AMOR, RESPETO, HUMILDAD, CARIÑO, TRABAJO, ESFUERZO, y mucha
DEDICACIÓN, y no pues compararla con ningún perezoso ni torpe ni nada por el
estilo…
Por otra parte si el canal boomerang es infantil no comprendo porque
pasan tanto publicidad de RAID MATA CUCARACHAS, la palabra MATAR la repiten a
cada rato … señores con respeto se los digo, ES UN CANAL INFANTIL.
Disculpen si ofendo a cualquier persona, pero mis hijos están primero. Hagamos un mundo lleno de respeto del uno por el otro…”
Lo anterior es lo que refleja el
título de una vieja película conspirativa de la década pasada: “La Suma de
Todos los Miedos”. Y es que el mencionado mensaje anterior, si bien se presenta
como una visión quizás extremista de una queja parental a la programación de
cierto canal de televisión, representa la realidad de uno, de cientos o de miles
que reciben los canales día a día como una queja a todo aquello de lo cual se
considera como inadecuado para los hijos que viven en la casa. Algo que es
palpable principalmente en todos los canales que tienen en su programación,
dibujos animados, caricaturas o animaciones en formato 3D.
Además, usted de seguro piensa en
varios momentos en donde los canales acatan este tipo de mensajes. De hecho en
muchos casos se menciona como ejemplo claro a CN como el principal acatador de este
tipo de requerimientos, hablando de un canal con presencia continental, lo cual
también es extensible a los canales locales. Sin embargo, los resultados a los
que se llega son en varios casos ingratos: En lugar de escuchar a la audiencia
objetivo, se termina por bajar el moño ante la sola amenaza de una denuncia al
órgano regulador. Y aquí entra tanto la molestia mía como la suya, porque
producto de ello no podemos ver en televisión todo aquello que esperamos ver de
parte de los creadores, dibujantes y guionistas de nuestro dibujo animado
preferido.
Pero, aquí no quiero a hacer
generalizaciones. Muchos de los que fuimos niños tanto en la década de los
ochenta y noventa, recordamos que en varias ocasiones se daba el momento de
compartir un show de dibujos animados viéndolo junto con nuestros padres. Pero
como dije en un comienzo, algo cambió dentro de esta estructura familiar. Hay
algo que resulta muy evidente para evaluar este cambio, y es que el rol de los
padres hoy en día sobre las enseñanzas de sus hijos es demasiado ausente. Tanto
es así que una vez el niño llega al hogar, prende el televisor y ve sin
restricciones lo que quiere ver, mientras que los padres se encuentran
trabajando. Hoy, salvo en algunas familias, la televisión es casi como la nana
de la casa, y cualquier cosa “inadecuada” según los padres, equivaldría a que
esta nana este realizando cosas indecentes en frente de los hijos. Una
asociación en verdad absurda, pero que existe.
La consecuencia: Autocensura
Un periodista de televisión dijo
en un reportaje algo que no deja bien parado a cualquier empresa dedicada al
rubro de las comunicaciones: “Existe algo
que es peor que la misma censura y eso es la autocensura”. Una opinión que
tanto usted como yo podemos o no compartir.
Hace tres años atrás, mi gran
amigo Carlos Molina Briceño, a través de una columna dio a conocer un caso de
censura de Cartoon Network Latinoamérica a la serie “Un Show Más”, y cuan bola
de nieve creciendo y bajando la montaña, los ejemplos de censura que aplica el
canal a sus shows fueron aumentando.
¿La causa? Todo lo descrito en el
punto anterior. Hemos visto progresivamente alejarse tanto de la televisión
abierta como paga un entretenimiento que en los últimos veinte años ha
demostrado ser una alternativa para un público adolescente-adulto y que hoy en
día demanda recuperar ese espacio. Esto nos lleva a dos escenarios provocados
por este fenómeno: El primero, que todos aquellos canales infantiles quiten de
sus franjas nocturnas programación enfocada a un público mayor (Adult Swim), y segundo, que los consorcios televisivos ya no apueste fuerte por este
nicho.
Sin embargo, otra consecuencia
surge de esta problemática y es que se coarta la capacidad del televidente de
decidir ver lo que quiere ver, en donde los mismos canales actúan de censores
de sus propios shows tal como ocurre en el ejemplo descrito por Carlos. Así, nosotros
nos quedamos tanto sin escenas como diálogos solo por darles en el gusto a los
jefes de familia (ausentes).
¿La Solución?
Sin dudas, encontrar una solución
general a esta problemática es complicada. Requiere que por lo menos exista diálogo
o comprensión de parte de los integrantes del grupo familiar ante este tipo de problemática
antes de caer en situaciones extremistas. Sin embargo, hay veces en que la
solución puede estar al alcance de un solo dedo del control remoto.
Pero la conclusión general es que
la solución ante la problemática de los reclamos parentales es hoy en día muy
distante. Asumamos que hace 15 años atrás existía por lo menos un integrante de
la familia acompañando a los hijos y mirando la televisión –o no- en el
momento. Situación que cambió tras el auge de la mujer en el mercado laboral.
Sin embargo, no podemos encontrar una relación causal entre el número de
reclamos y el hecho descrito anteriormente. Sumemos a ello la existencia de un
sentido de la moral en muchos casos exagerado que se da en algunos grupos
familiares y que fácilmente puede ser solucionable apagando el aparato.
Pero, ocurre todo lo contrario.
Hoy vemos a algunos padres buscando cada vez más protagonismo, en muchos casos
exagerado, ante situaciones que representan avance ante un mundo que va
asumiendo una actitud mucho más progresista: Los tenemos satanizando a opciones
sexuales, reformas estructurales y un buen montón de situaciones propias del
avance de la modernidad. Algo que por supuesto se da también en la televisión.
En esto último, se da un dilema paretiano
entre los padres que reclaman por lo inadecuado de alguna animación y los fans
de esta última, en donde no se puede mejorar a uno sin perjudicar al otro. Ante
esto, los canales buscan cortar por lo más sano (?) a su juicio. Al final, todo
termina en una solución no consensuada, en donde se beneficia a uno y se
perjudica al otro, en lugar de tomar parte del problema. Lo mismo ocurre con
algunos organismos reguladores estatales en el ámbito, como el CNTV Chileno o
similares en otros países.
En fin, la problemática esta
desatada y una eventual solución se ve a años luz. Sin embargo, existe una
solución más simple en estos casos, y es que prime algo que todos conocemos
como CRITERIO. Como cambiarían las cosas en este mundo si ello se aplicara.
Nos vemos en otra ocasión.