[Eriol T. Harlaown] El Anime y el 11-M: Una crónica a cinco años de una catástrofe
Por
Roque A. Espinoza Bravo
el
29.3.16
El día 11 de Marzo de 2011 quedará marcado en la
memoria de millones de japoneses y por qué no decirlo, en la pupila de millones
de personas que en occidente despertaron con la horrorosa noticia acontecida al
otro lado del pacífico. Japón sufría el peor terremoto de los últimos 140 años:
Una catástrofe que dejó miles de muertos y una emergencia nuclear en la planta
de Fukushima y que llevo a un operativo sin precedentes para evitar una
catástrofe de gran magnitud.
Nos vemos en otra
ocasión.
Esta información tocó a muchos que principalmente
gustan de la cultura oriental en un país que, al igual que el mío, vivió el
mismo tipo de tragedia un año antes. Con el paso del día se daban a conocer
detalles, grabaciones y un sinfín de testimonios principalmente del tsunami
posterior que arrasaba puertos, campos y pueblos. Nada era de ficción propia de
las películas, todo era real… Una terrible realidad.
Sin embargo, todo este evento trajo consecuencias
principalmente en la producción de ficción en el país del sol naciente. El
trauma de la tragedia en Japón tuvo las mismas secuelas inmediatas, tal como lo
sucedido en el atentado a las torres gemelas de Nueva York, en donde diversas
escenas de películas y animaciones sufrieron la censura producto del shock propio del desastre. Aquí
ofreceremos una visión particular respecto a todo lo que rodeo ese invierno
japonés de 2011, principalmente en torno a la animación de esa temporada.
También, increíblemente existieron series que antes de esa fecha simularon una
tragedia y otras eran emitidas al momento de la emergencia.
Estrenos
del invierno 2011
No es ningún misterio que en Japón (y por qué no
decirlo en todo el mundo), se espera la cartelera de los estrenos de cada
temporada de anime correspondiente a cada estación del hemisferio norte. La
temporada de invierno japonés trajo consigo un sinfín de estrenos en esta
materia entre los que se destacaron los de Fractale,
Gosick, Beelzebub, Wolverine, Infinite Stratos, Freezing, entre muchos otros. También se estrenaban nuevas
temporadas de series como la segunda parte de Kimi ni Todoke. Otras correspondieron a continuaciones de franquicias
de gran éxito en Japón como lo es Pretty
Cure y el turno para esa temporada le correspondió la saga Suite Precure. Mención aparte está el
estreno de Puella Magi Madoka Magica,
la cual tendrá su propio ítem dentro de esta columna.
Como se puede apreciar, la gran mayoría de las
producciones provenían de adaptaciones de las light novel, populares en Japón, como lo es el caso de IS, u otras de tono más cómico como Kore ga zombie desu ka?. También, el
estudio Madhouse continuaba la
producción de animaciones basadas en las franquicias de Marvel y para esta temporada era el turno de Wolverine que venía a sustituir a Ironman, estrenada en Octubre del año anterior.
También estaban esas animaciones que continuaban su
emisión desde mucho antes. Estos Casos corresponden a los de Naruto Shippuden cuyo episodio número
202 se estrenó el día anterior a la tragedia. Otra serie popular como lo es Detective Conan suspendía la emisión del
capítulo número 609, el cual debía ser emitido el día 12 de marzo (un día
después del terremoto) siendo estrenado el sábado siguiente (19 de marzo). One Piece también siguió ese mismo
camino al postergar la emisión de su episodio número 490 para el día 20 de
marzo.
La siguiente es la lista de series estrenadas esa
temporada y el tiempo que quedaron suspendidas
Como se puede apreciar, la mayoría de la series en
exhibición de esa temporada suspendieron su emisión la semana siguiente de la
tragedia. Hay otras que emitieron su episodio el día siguiente como Gosick y Freezing. Existen otros casos como el de Wolverine y Horou Musukou
que transmitieron sus episodios el mismo día 11 y continuaron con su emisión regular a la semana siguiente. Hay casos
especiales como el de Madoka, los cuales se profundizarán más adelante en esta
columna.
Tokyo
Magnitude 8.0 ¿Presagio?
A veces la animación deja elementos que conmueven al
espectador. Nitido ejemplo han sido producciones basadas en grandes tragedias,
en su mayoría inspiradas en la bomba atómica de Hiroshima y Nagazaki (La Tumba de las Luciérnagas, Hadashi no Gen). Sin embargo, hubieron
otras que simularon el caso de una eventual tragedia provocada por la
naturaleza y eso fue lo que inspiró en el año 2009 la aparición de una serie cuya
trama giraba en torno a un terremoto en la zona central de Tokio.
La serie animada hecha exclusivamente para la
televisión japonesa Tokyo Magnitude 8.0
cumplió a cabalidad un caso en donde toda una gran ciudad colapsa en torno a un
violento terremoto de ocho grados, exhibiendo operativos de emergencia que se
despliegan en un caso como este y con una historia ejemplificada en una familia
común japonesa, donde dos niños y una joven actúan como protagonistas.
Mirai Onizaka es una niña que cursa su primer año de
secundaria y a su edad experimenta la decepción propia de las adolescentes
respecto al nucleo familiar. Solo se lleva bien con sus amigas de curso y a
veces muestra su decepción por sus padres los que trabajan para sanear su
condición económica en el marco de la crisis económica mundial de ese momento. Ya
habiendo salido de vacaciones recibe la recomendación de su madre de ir junto
con su hermano Yuuki a una exposición de robots en la isla artificial de
Odaiba. Ya una vez finalizado el paseo, deja a su hermano menor ir
solitariamente al baño de un centro comercial, mientras ella sale a un mirador
al borde de la costa donde reflexiona sobre lo “desafortunada” que era su vida.
Es en ese momento en donde se le ocurre escribir en su teléfono celular una
frase que jamás pensó que se haría realidad: “El mundo debe ser destruido”.
Justo cuando termina de escribir, un violento
terremoto azota por completo la bahía destruyendo gran cantidad de
edificaciones y causando grandes incendios en la ciudad. Es ahí donde parte desesperadamente
en busca de su hermano junto con una motociclista que la ayuda en su búsqueda.
Ya una vez encontrado a Yuuki inician un largo recorrido de regreso a casa en donde
experimentan la incertidumbre propia del destino de sus padres. A partir de ese
momento, Mirai reflexiona sobre todo lo que dejó a su paso tal trágico momento.
Al momento de su estreno en la temporada verano japonés
de 2009, se pensó que sería una forma ilustrativa de cómo afrontar momentos
como el de un terremoto violento. De hecho, al inicio de cada episodio de la
serie se muestra el siguiente cartel:
“Este
trabajo ficticio basado en circunstancias que rodean a un terremoto masivo en
Tokio, está basado en una gran cantidad de investigaciones y verificaciones.
Haciendo un esfuerzo por dar realismo, muchas de las situaciones fueron
pensadas para crear esta historia. Sin embargo, las circunstancias pueden ser
distintas a la realidad” (Tokyo Magnitude 8.0)
Resulta obvio que esta es una historia de ficción,
pero no deja de ser interesante la gran coincidencia que trae esta serie con lo
que vimos un año y medio después de su finalización en Japón. Si bien los
lugares cambian (el terremoto del 11-M fue en la costa de Honshu) es la demostración
de lo que puede dejar un desastre natural en un país desarrollado, en donde los
principales servicios de transporte como el tren son completamente afectados. También
está el plan de emergencia que despliega el gobierno japonés al servicio de los
ciudadanos los cuales reciben raciones para tres días y la habilitación de
albergues y morgues improvisadas en los colegios.
Tal vez nunca se llegó a pensar en un evento de gran
magnitud como lo es un terremoto de 9.0 grados y posterior tsunami, pero en
cierto grado, esta serie se anticipó a un evento de esta magnitud, incluso
ilustrando como operan los servicios extraordinarios para este tipo de eventos.
Pero, no solo fueron el terremoto y el tsunami los únicos testimonios de ese
día. Posteriormente, una emergencia derivada de la catástrofe hizo que los
esfuerzos de técnicos y trabajadores se centraran en una central nuclear que
colapsó tras el desastre. Los días posteriores continuarían siendo de
preocupación producto que una emergencia nuclear se desplego para gran parte
del país.
Madoka
Magica y el funcionario de Fukushima
"…por supuesto, tendría que ser
cuidadoso sobre la radiación, pero ningún trabajador de recuperación ha muerto,
así que decidí que no era un trabajo tan peligroso como dicen. Vi el episodio
final de Puella Magi Madoka Magica,
así que no estoy preocupado."
Este fue el testimonio de un funcionario que
participó en las labores de rescate en la colapsada planta nuclear de Fukushima
I construida en 1967 por la compañía norteamericana General Electric. El
accidente que involucró una serie de explosiones, incendios, problemas en
sistemas de refrigeración y desperfectos consecuencia del terremoto de ese 11
de marzo, requirió de arduos trabajos de los equipos de emergencia para
contener los incendios en la planta y evitar tanto una explosión como una expansión
de yodo radioactivo hacia zonas más pobladas del país.
La frase antes mencionada por este funcionario hace
referencia a la serie más destacada de esa temporada en Japón. Puella Magi Madoka Mágica emitió su
episodio número 10 el mismo día de la tragedia e incluso postergó su final seis
semanas después. Fue así que los dos últimos episodios de la serie fueron
emitidos por el canal TBS (Tokyo Broadcasting System) el día 21 de
abril, tres días antes del testimonio de este funcionario.
Estamos de acuerdo en no adentrarnos demasiado en el
universo mahou shoujo que nos ofreció
esta serie, pues ya se han escrito comentarios tanto a favor como en contra de
la misma. Pero, voy a apelar a esta vieja frase: “Toda cosa se hace aún más especial dependiendo de las circunstancias”.
Y bajo esta consigna Madoka cumple.
Si bien es la primera vez en donde me refiero a esta
serie que vi hace ya más de cuatro años, solo mencionaré un solo punto que
permite relacionar esta serie con las circunstancias en las que se vio envuelta:
La imagen de un mundo en caos, representada en Walpurgis, la última bruja de la
serie. Es cierto que en algunos casos la humanidad ha sido responsable del
destino que ha tomado el mundo en los últimos años, gracias a fenómenos como el
calentamiento global, las crisis económicas, el derretimiento de los glaciares
y otros fenómenos negativos los cuales han permitido que la naturaleza a veces
se ensañe con el hombre. Existen
ocasiones en donde uno quisiera tener la capacidad de personajes como Homura
para cambiar ciertas circunstancias, pero sabemos que en la realidad ello es
completamente imposible. A veces está en la mano de cada uno el evitar que
sucesos negativos ocurran, manejando las situaciones con responsabilidad y sin
extremismos que terminen en eventos que puedan llevar a terribles
consecuencias. La falta de una mayor seguridad en la planta de Fukushima I, cuyos
muros de concreto no tenían el grosor para contener una eventual expansión
radioactiva ejemplifica uno de estos sucesos que bien pueden ser completamente
evitables.
Homenajes
posteriores
El saldo que dejo el denominado “Gran terremoto del
Japón Oriental” fue de 15983 muertos, 6152 heridos y 2567 personas
desaparecidas. Tras la tragedia las muestras de apoyo de parte de un sinfín de
personalidades se hizo sentir en todo el mundo bajo el lema #PrayForJapan. Por supuesto, algunas
personalidades relacionadas con el mundo del manga y el anime en Japón
adhirieron a este mensaje entre ellos Akira Toriyama e ilustradores como Ito Noizi.
Pero hubo un homenaje que destaco por lo emotivo del
mensaje suscrito. La conocida compositora de canciones y bandas sonoras de
anime (Escaflowne, Wolf Rain) Yoko Kanno creo una canción en donde se muestra la tristeza de ese día titulada "Kimi de ite buji de ite". La
melodía (al final de esta columna) ilustra con melancolía las circunstancias de
la tragedia, los difuntos y como hallar el consuelo. Ciertamente es el
testimonio más simbólico de ese trágico día.
Muchos son los registros y testimonios que dejó este
acontecimiento hace ya lejanos cinco años atrás. La naturaleza siempre nos va a
golpear en cualquier momento y esto lo he experimentado el pasado terremoto del
27-F de mi país. Los recuerdos y la experiencia que dejan situaciones de
emergencia, nos permite profundizar aún más el aprendizaje de cómo enfrentar
estas situaciones. Como lo he mencionado, no tenemos el poder de retrasar el
tiempo como lo hace Akemi en la serie que acabamos de mencionar, pero si
tenemos la capacidad de reflexión que nos permite sacar las conclusiones de los
sucesos. También está el recuerdo de los que no están y las experiencias de aquellos
que experimentaron otra cara de la situación y viven para contarlo. Tal vez el
mejor legado que nos deja un día trágico como lo fue el 11 de marzo de 2011, fue
que el ser humano aprendió a ser mejor persona al solidarizar y sentir como
propio el sufrimiento de esas personas que vivieron esa tragedia y que se
hicieron notar aunque fuera a varios miles de kilómetros a distancia.