[Reseña] Like a Dragon - Pirate Yakuza in Hawaii: "¡Qué bien come el perro!"

Por el 19.4.25

Si algo ha definido a la saga Like a Dragon a lo largo de los años es su capacidad para evolucionar sin perder su identidad. Desde sus orígenes como un beat ‘em up narrativo, hasta su arriesgado salto al RPG por turnos, la franquicia ha demostrado ser mucho más versátil de lo que cualquiera habría imaginado.


Ahora, con Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii, RGG Studio da un nuevo giro inesperado: un regreso a la acción en tiempo real, pero con mecánicas renovadas, una ambientación exótica y un tono que lleva la serie a territorios aún más extravagantes.



Este cambio no es solo superficial. La transición a Hawaii no solo sirve como un telón de fondo llamativo (que además no es la primera que se usa), sino que introduce una nueva dinámica en la historia, explorando cómo el crimen organizado japonés se desenvuelve en un territorio extranjero, lejos de las reglas y jerarquías establecidas en Japón.


Sin embargo, el nombre no engaña: esta no es solo una historia de yakuzas en el paraíso, sino una aventura con un fuerte componente pirata, donde la lucha por el poder, la traición y la búsqueda de una nueva identidad juegan un papel crucial.

 

La gran pregunta es: ¿logra este experimento capturar lo mejor de ambos mundos? Porque, aunque el regreso al combate en tiempo real era algo esperado por muchos fans, la saga no puede permitirse perder lo que la ha convertido en un fenómeno: su equilibrio entre narrativa envolvente, personajes carismáticos y mecánicas de juego innovadoras. ¿Es esta la evolución que la serie necesitaba, o un intento arriesgado que se desvía demasiado de lo que hizo grande a Like a Dragon?




Con una historia que mezcla el crimen con la aventura en alta mar y un protagonista que debe encontrar su lugar en un mundo donde las reglas han cambiado, Pirate Yakuza in Hawaii promete ser una de las entregas más atrevidas de la franquicia. Es momento de descubrir si este viaje tropical está a la altura de su legado.


Majima, un Yakuza perdido en el paraíso

Después de años siendo una figura secundaria pero fundamental en la saga Yakuza, Goro Majima por fin recibe el foco completo como protagonista en Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii.


La historia comienza de forma sorpresiva: Majima, inconsciente y amnésico, llega a una isla de Hawái. Rescatado por un niño llamado Noah, pronto descubrimos que nuestro protagonista no recuerda ni su nombre, ni cómo llegó allí, ni mucho menos qué hace en medio del Pacífico.


Lo que inicia como una búsqueda personal para reconstruir su identidad, pronto lo arrastra a un conflicto mucho más amplio entre piratas locales, y termina convirtiéndose en el capitán de un barco con una tripulación tan entrañable como excéntrica.


Este enfoque narrativo mezcla el tono introspectivo que ya vimos en Yakuza 0 con una vibra aventurera que recuerda a películas de piratas clásicas. Aunque el amnésico que debe redescubrir quién es puede sonar a cliché, el carisma natural de Majima y la manera en la que el juego lo va desvelando con pequeñas dosis de humor, tragedia y acción hacen que el viaje mantenga siempre el interés.



Combate pandillero de Mar y Tierra.

Uno de los grandes atractivos de esta entrega es el sistema de combate, que toma lo mejor de anteriores títulos y lo pule con el sello distintivo de Majima. Volvemos a contar con su icónico estilo “Mad Dog” (visto en 0), ahora más refinado y con nuevas animaciones que le aportan dinamismo, velocidad y brutalidad. A esto se suma el nuevo estilo “Sea Dog”, un enfoque completamente nuevo que integra elementos clásicos del imaginario pirata: ganchos, espadas, pistolas e incluso herramientas improvisadas.

 

Lo más interesante es que ambos estilos pueden combinarse en medio del combate, lo que recuerda al sistema híbrido que vimos en Judgment o Like a Dragon Gaiden. Esta versatilidad resulta en peleas que se sienten frescas, espectaculares y altamente personalizables, sobre todo cuando se van desbloqueando nuevas habilidades o combos a través del progreso en la historia o el contenido secundario.

 

Otra gran parte del gameplay es la nueva exploración marítima. Por primera vez en la saga tenemos un sistema de navegación libre en altamar, en el que podemos manejar nuestro propio barco, encontrar tesoros y –lo más importante– entrar en combate naval.

 

El sistema recuerda fuertemente a Assassin’s Creed IV: Black Flag, pero con ese sello de exageración característica de RGG. Los enfrentamientos constan de dos fases: primero dañamos el barco enemigo con cañones y maniobras, y luego lo abordamos para un combate mano a mano. Esta mecánica, lejos de ser un simple añadido, se convierte en una parte vital de la historia principal y de una subtrama que gira en torno al Coliseo Pirata, donde Majima debe hacerse de un nombre para desafiar al "rey" local.

 

Además, los coliseos ofrecen retos adicionales que amplían las posibilidades del gameplay y enriquecen la rejugabilidad.



Hawaii, un mapa tan basto como asombroso

Como todo buen Yakuza, esta entrega está repleta de contenido secundario. Desde subhistorias absurdas y conmovedoras hasta una avalancha de minijuegos que mantienen ocupados durante decenas de horas. Se reutilizan y reinventan clásicos como Dragon Kart o Repartos Delirantes, pero con mapas y objetivos renovados. También regresan caras conocidas desde una nueva óptica: ver cómo interactúan con un Majima que no los recuerda añade un giro interesante para los fans de antaño.

 

Una de las actividades más destacadas es la caza de criminales en Honolulu, una especie de sistema de cazarrecompensas donde enfrentamos a objetivos cada vez más desafiantes. Esta mecánica no sólo es divertida, sino que resulta clave para obtener recursos, reclutar nuevos aliados e incluso influir en el desarrollo de la tripulación.

 

Y como no podía faltar, el juego apuesta fuerte por la personalización. No solo puedes vestir a Majima con una gran variedad de atuendos, sino que también puedes modificar el aspecto y características del barco, desde la vela hasta el color del casco. Este grado de detalle, aunque cosmético, refuerza el tono relajado pero excéntrico que esta entrega busca transmitir.

 

El sistema de cocina, otro de los añadidos, se convierte en una forma alternativa de curación, pero también en un minijuego que te motiva a explorar, recolectar ingredientes y experimentar con recetas. Puede parecer menor, pero le da un extra de profundidad al día a día de Majima y conecta bien con el tono más “vivencial” del juego.

 

En paralelo, la búsqueda de tesoros ofrece una buena excusa para perderse en los distintos rincones del mapa, ya sea a pie o en barco. Como recompensa, obtienes equipo, cosméticos y mejoras que enriquecen aún más la progresión.




El envidiable tratamiento de SEGA y RGG a la saga Yakuza (Conclusiones)

Desde que Yakuza 0 lo elevó al estatus de coprotagonista, los fans pedían a gritos una entrega protagonizada en solitario por Goro Majima. Pirate Yakuza in Hawaii no solo responde a esa demanda, sino que lo hace de forma brillante: no intenta copiar la seriedad de Kiryu ni convertir a Majima en una caricatura. En cambio, explora nuevas facetas del personaje, desde la vulnerabilidad hasta el liderazgo, sin sacrificar su esencia.


Aunque algunos podrán criticar que el juego se apoya demasiado en mecánicas recicladas, o que la ambientación hawaiana puede parecer fuera de lugar, lo cierto es que la mezcla funciona. RGG Studio ha encontrado la manera de reinventarse sin perder su alma, y Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii es la prueba de ello.



Esto es impresionante dado la constancia con la que lanzan entregas; una al año se dice fácil, pero no lo es, y aun así hay un esfuerzo detrás que tiene a los fanáticos de las sagas bien servidos de forma constante con juegos que suelen ser fuertes candidatos a los mejores del año, o cómo mínimo, son experiencias relativamente buenas y suficientes.


Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii es una entrega que brilla por su personalidad, su sistema de combate renovado, y el simple hecho de ofrecernos al Mad Dogo of Shimano como nunca lo habíamos visto en un juego disfrutable durante las más de 20 horas que toma llegar a los créditos.


Con un océano de contenido, personajes entrañables y una historia que engancha más de lo que debería, es una experiencia grata y suficiente para los fans de Majima y a los que disfrutan perderse en mundos densos, variados y excéntricos.

 

Por lo anteriormente expuesto, el juego recibe la calificación en ANMTVLA de: 8/10


Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii está disponible en PlayStation 5, PlayStation 4, Xbox One, Xbox Series X|S, y PC vía Microsoft Store y Steam.


Reseña realizada por Hugo Montiel, para más contenido e interacción sobre el mundo de los videojuegos, anime, manga y televisión todos los días, puedes checar mis redes