[Eriol T. Harlaown] La Generación 1990 - 1994: Una reseña desde los Supercampeones a Honey Honey
Por
Roque A. Espinoza Bravo
el
7.3.15
“La memoria
del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos. Y gracias a ese
artificio, logramos sobrellevar el pasado.” Gabriel García Márquez.
Desde que se tiene memoria, el género
de la animación japonesa se ido masificando en los últimos 20 años gracias al
fenómeno que fueron en su momento Dragon
Ball Z, Sailor Moon, Ranma 1/2 y Los
Caballeros del Zodiaco, los cuales no solo se transformaron en sinónimo de
gratas tardes frente al televisor, sino que también se tradujeron como
rentables marcas a nivel de merchandising
dentro de nuestro continente. Sin embargo todo eso da para otra historia que
contar.
Pero, tal vez los que hoy caminan
por la edad de los 30 años recordarán aquella época que precedió al boom del
fenómeno de nuestro entretenimiento favorito. Una época caracterizada por
animaciones que a inicios de los noventa pasaron por las pantallas de nuestros
televisores cumpliendo un objetivo mucho más modesto: Solo entretener las
mañanas o las tardes.
La lista de nombres para estas
animaciones es muy variada: Lady Oscar,
Samed, Fuerza G, La Rana Valiente
y muchos otros fueron títulos representativos a una etapa que bien podríamos
llamar de “transición” entre el fenómeno ochentero caracterizado por Mazinger Z, Robotech y Candy Candy
y el periodo del nombrado boom
animado de oriente. Y es de esta conexión donde sacaremos el tema de la
presente columna, en donde daremos muestra de lo que caracterizó este periodo a
inicios de los noventa donde varios aspectos en nuestro mundo comenzaban a
cambiar, desde la política a los hábitos nuestros como personas. Los noventa
florecieron con fuerza desde una guerra en medio oriente hasta una severa
crisis económica y que en su primera mitad (1990 – 1994) tuvieron como
protagonistas a algunas series animadas que resumiremos a continuación.
El fútbol como una forma de aventura
Algo que fue característico de
esa época fue el auge de las animaciones sobre deportes, y hubo una serie que supo
llevar esa bandera. Los Supercampeones (Captain Tsubasa) de
1983 debe ser la serie animada más afamada no solo de ese género, sino de toda esa
época. Tanto es así que esta serie tuvo como su televidente más famoso al
actual delantero del Arsenal de Inglaterra, Alexis Sánchez.
Lo novedoso de esta serie animada
por el estudio Tsuchida Productions
fue contar la experiencia de un niño japonés de nombre Oliver Atom (Tsubasa
Ozora) en su camino por ser el mejor jugador del mundo. Un camino que comienza
desde los juegos interescolares de la ciudad de Fukuoka y cuyo destino objetivo
es Brasil. En su camino se encuentra con nobles rivales partiendo desde Benji
Price, Armand Callahan, Andy Johnson y su principal y más enconado rival, Steve
Hyouga. Todos ellos tienen el sueño de jugar en algún momento un mundial de
futbol en representación de la Selección de Japón, experiencia que viven participando
en torneos amistosos de selecciones juveniles en Europa.
Sin embargo, Oliver y sus amigos no
eran los únicos que tenían el sueño de jugar un mundial de futbol. Previo a la
Copa Mundial FIFA de Estados Unidos de 1994, el estudio Hakuhodo Inc. En conjunto con NHK
Software, realizaron en 1993 un trabajo mucho más realista y con menos
ficción que la anteriormente mencionada. Goleadores,
relató la historia de Ikaro Tatsumura, un joven brasileño de padre japonés
quien es visto por la prensa brasileña como un verdadero diamante en bruto. Sin
embargo, el reniega de jugar por Brasil y viaja a Japón para reunirse con una
amistad que forjó con un joven japonés que vino a entrenar a su país (Rei). De
este modo se queda en su casa y decide hacer su carrera deportiva en Japón en
el equipo menor del Shimizu S-Pulse ante la férrea oposición de su madre, una
influyente mujer de la sociedad brasileña. El objetivo de Ikaro es el mismo de
Oliver, llegar con la selección de Japón al mundial de Francia 1998 y consagrar
su carrera. Este sueño es también compartido por su amigo Rei y también por su
gran rival en la serie, Clay, un hábil y rudo jugador del club Kawazaki Verdi.
Pero, y continuando con el
fútbol, si los Supercampeones se caracterizaron por algunas jugadas
inexplicables y en muchos casos fantásticas, hubo una serie que llevó todo lo
anterior al extremo. La Liga del Dragón
de 1993, fue una animación de Nippon Animation que llevo la popularidad del
deporte rey a otro mundo, donde un representante de los humanos de nombre
Tokio, se integra a un plantel de futbolistas conformado por dinosaurios en
forma antropomórfica. Zambombazos de doble misil y mega disparos eran la
característica de esta serie de 39 episodios que supo mantener entretenidos al
público infantil de entonces.
Un nuevo tipo de defensores del universo
Si bien las series relacionadas
con el fútbol fueron el gran boom de ese entonces de parte de los canales, los
guardianes de la paz en el mundo también tuvieron sus representantes. Quizás
los más importantes, son un equipo de jóvenes combatientes que conformaron un team que luchara contra las fuerzas del
mal.
Fue así como vimos de parte de Tatsunoko y King Freatures, Fuerza G
(Gatchaman) de 1972. Una serie animada que reúne a cinco jóvenes en su
lucha contra el maligno conspirador Galactor. As Corazón Noble, Dirk Audaz,
Agatha June, Autillo y Avecilla conforman un equipo de jóvenes dedicados a
luchar contra el mal. En algunos casos, el equipo emplea “El Fenix”, una
sorprendente nave espacial la cual combatía a monstruosas criaturas robóticas.
En Japón esta serie es considerada como uno de los primeros grandes éxitos del género
del “Sentai” Animado, y si bien la versión de la distribuidora norteamericana
tuvo algunas alteraciones que llevaron a una edición de sonido bastante mala,
la serie logró cautivar a un público de esa generación que esperaba animaciones
de acción.
Otro show animado dedicado a
héroes defensores del universo fue “SagitarioEspacial”, donde los héroes en 1986 toman forma antropomórfica. Toppy,
Rana, Giraffe, Sebeep y Ann son los tripulantes de esta nave que vive un sinfín
de aventuras y en algunos casos tocando temáticas maduras para el perfil
infantil de la serie, entre ellas, holocaustos nucleares, piratería espacial,
el alcoholismo y en algunos casos la muerte.
América bajo los ojos de oriente
Si algo caracterizó a este
periodo fué la conmemoración de los quinientos años del descubrimiento de
América. Para ello hubo una serie que supo mostrar varios aspectos misteriosos
del periodo precolombino, incluso aquellos relacionados con misteriosas tecnologías
milenarias desarrolladas en plena época inca.
Las Misteriosas Ciudades de Oro, serie producida por el Studio
Pierrot en 1982 en conjunto con Antenne 2 de Francia, rescató todo aquello que
relacionó la época posterior al descubrimiento del nuevo mundo, en donde se
muestran las ambiciones de los navegantes hispanos respecto a la existencia de
“ciudades de oro” en referencia a las grandes riquezas metálicas del antiguo
impero sudamericano. En concreto, la serie muestra las aventuras de Esteban, un
muchacho español que clandestinamente viaja al nuevo mundo portando un extraño
medallón. Al llegar a América, conoce en sus aventuras a dos niños los que se
transformarán en sus grandes amigos: Tao, un chico descendiente del pueblo Mu
de las Islas Galápagos y Zia, una joven inca que posee un medallón similar al
de Esteban.
Cabe destacar que dentro de la
serie también aparecen dos artefactos misteriosos que describen una tecnología
–presuntamente extraterrestre- usada por los pueblos precolombinos: Solaris, un
barco de combate herencia del pueblo de Tao, construido a base de oro y metales
preciosos y por último el “Gran Condor”, una nave aérea con forma del ave
característica de los Andes el cual también es hecho a base de oro.
Humor, dramas históricos y shoujo
El humor no puede estar ausente
de esta época, y quizás una de las series más emblemáticas de ese momento fue
La Rana Valiente (1972), una animación de Tokyo
Movie Shinsha que recreó los aspectos más cómicos de un estudiante de
primaria de nombre Hiroshi, quien en un afán de no llegar tarde a su escuela
como habitualmente lo hacía, decide tomar un atajo. En el camino tropieza con
una piedra y lo hace caer sobre una rana la cual se queda estampada en su
polera. A partir de ese momento, la vida de Hiroshi no será la misma y
comenzará a vivir junto con Raponshi una serie de situaciones divertidas tanto en
su colegio como en su vecindario.
Saliendo del aspecto del humor,
hubo una serie que supo llevar a través de la animación los llamados “Dramas de
Época” en donde se recrea una historia en torno a un acontecimiento importante
en la historia de la humanidad. Lady Oscar (1979) también proveniente de TMS y
basada en el manga de Riyoko Ikeda “Berusaiyu no
Bara” (La Rosa de Versalles)
supo recrear el ocaso de la monarquía francesa y todas las intrigas que
rodearon en ese momento a la corona.
Oscar, una joven proveniente de
una familia aristocrática se vio forjada desde la niñez a vivir la vida de un
chico producto de la obsesión de su padre de tener un hijo varón. Llevando esa
carga, realiza las enseñanzas previas para convertirse en capitán de la guardia
real de la Corona Francesa, lo cual cumple con altos honores. Sin embargo, su
primera tarea es la de pertenecer a la guardia protectora de la princesa de
Austria, María Antonieta de Ausburgo, quien se transformaría en la Reina de
Francia hasta la caída de la monarquía. La historia se desarrolla en medio de
conspiraciones, intrigas y luchas de poder dentro de la familia real las cuales
finalizan con la Revolución Francesa. Bajo todo este escenario la vida de Oscar
transcurre entre sus obligaciones protectoras y un amor no admitido por ella hasta
en las postrimerías de la serie.
Para finalizar este recorrido – y
tal como lo describe e título de esta columna- dejamos a uno de los shoujos más
curiosos del momento. Las MaravillosasAventuras de Honey Honey (1981) fue una serie de 29 episodios producida por
Movie International Company (MOVIC)
y Toei Animation que se remonta en
la Europa del 1900 en pleno Imperio Austro-hungaro. Honey es una huérfana bella pero algo torpe quien vive
tranquilamente los días en Viena trabajando como sirvienta. Sin embargo, toda
esa tranquilidad se termina cuando Lily, su gata, se traga accidentalmente una
valiosa joya conocida como “La Sonrisa del Amazonas”. Flora, una princesa y
propietaria del valioso artículo da órdenes para atrapar a la mascota de Honey,
quien se encarga de impedirlo por temor a que esta sea sacrificada. La aventura
se extiende por diversas ciudades de Europa, donde Honey emprende la huida,
conociendo a un sinfín de personas quienes se disponen a prestarle su ayuda.
El rescate de estas animaciones del tiempo
Esta larga reseña que solo abarcó
a un puñado de series de la época no tiene otro propósito más que “Rescatar”
aquellas animaciones que con el paso del tiempo han quedado en el más completo
olvido. No está de más en algunos casos, para la gente que vivió en esa época
hacer un reload de los días en que la
televisión cumplió un propósito más simple y económico. Pero no está demás mencionar
para la nueva generación, que si tienen en algún momento el interés de
descubrir estas obras de la animación, existen algunas personas que han podido
rescatar de sus viejos betamax algunos episodios o fragmentos del doblaje los
cuales pueden encontrarse disponibles en cualquier plataforma de videos.
Para finalizar, quiero hacer hincapié
de algo que expuse en una columna mía escrita en 2012 con respecto a aquellos
registros perdidos del anime del pasado:
“¿Por qué es necesario rescatar estas obras? La Primera: Porque existe un
nicho de mercado orientado a este tipo de contenidos (público de entre 25 y 40
años de edad) (…) La Segunda: Porque también existe un nicho orientado a un
público joven que busca encontrar alternativas a las animaciones modernas, en
términos de trama y calidad (…) Por último: El valor del registro para
productoras y distribuidoras.”
Tal como se mencionó en su momento. Muchos de estos registros han sido víctimas
del descuido principalmente de las distribuidoras las cuales, presuntamente,
desconocen su real estado. Como bien sabemos, el tiempo no solo se lleva los
recuerdos, sino que también desgasta el material con que se hacen, en términos de
video y sonido. Es bien sabido que han pasado más de 20 años desde la
televisación de las series mencionadas y que hoy en día su incierto paradero no
les permite ver la luz en los nuevos formatos digitales existentes en estos días.
El rescate de estas obras tienen gran valor tanto para el televidente que las
conoció, como para la distribuidora la cual puede explotarla con nuevos masters
y una renovación sonora del audio de doblaje. En fin, más de alguien va a
valorar este tipo de trabajos, tanto por quien la conoció en aquella época,
como por quien piensa en descubrirla.
Y tu: ¿Recuerdas alguna serie distinta a las mencionadas que hayas visto
de esa época?
Nos vemos en otra ocasión.