[Eriol T. Harlaown] La Generación 1990 - 1994: Una reseña desde los Supercampeones a Honey Honey

La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos. Y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.Gabriel García Márquez.

Desde que se tiene memoria, el género de la animación japonesa se ido masificando en los últimos 20 años gracias al fenómeno que fueron en su momento Dragon Ball Z, Sailor Moon, Ranma 1/2  y Los Caballeros del Zodiaco, los cuales no solo se transformaron en sinónimo de gratas tardes frente al televisor, sino que también se tradujeron como rentables marcas a nivel de merchandising dentro de nuestro continente. Sin embargo todo eso da para otra historia que contar.

Pero, tal vez los que hoy caminan por la edad de los 30 años recordarán aquella época que precedió al boom del fenómeno de nuestro entretenimiento favorito. Una época caracterizada por animaciones que a inicios de los noventa pasaron por las pantallas de nuestros televisores cumpliendo un objetivo mucho más modesto: Solo entretener las mañanas o las tardes. 

La lista de nombres para estas animaciones es muy variada: Lady Oscar, Samed, Fuerza G, La Rana Valiente y muchos otros fueron títulos representativos a una etapa que bien podríamos llamar de “transición” entre el fenómeno ochentero caracterizado por Mazinger Z, Robotech y Candy Candy y el periodo del nombrado boom animado de oriente. Y es de esta conexión donde sacaremos el tema de la presente columna, en donde daremos muestra de lo que caracterizó este periodo a inicios de los noventa donde varios aspectos en nuestro mundo comenzaban a cambiar, desde la política a los hábitos nuestros como personas. Los noventa florecieron con fuerza desde una guerra en medio oriente hasta una severa crisis económica y que en su primera mitad (1990 – 1994) tuvieron como protagonistas a algunas series animadas que resumiremos a continuación.


El fútbol como una forma de aventura

Algo que fue característico de esa época fue el auge de las animaciones sobre deportes, y hubo una serie que supo llevar esa bandera. Los Supercampeones (Captain Tsubasa) de 1983 debe ser la serie animada más afamada no solo de ese género, sino de toda esa época. Tanto es así que esta serie tuvo como su televidente más famoso al actual delantero del Arsenal de Inglaterra, Alexis Sánchez.

Lo novedoso de esta serie animada por el estudio Tsuchida Productions fue contar la experiencia de un niño japonés de nombre Oliver Atom (Tsubasa Ozora) en su camino por ser el mejor jugador del mundo. Un camino que comienza desde los juegos interescolares de la ciudad de Fukuoka y cuyo destino objetivo es Brasil. En su camino se encuentra con nobles rivales partiendo desde Benji Price, Armand Callahan, Andy Johnson y su principal y más enconado rival, Steve Hyouga. Todos ellos tienen el sueño de jugar en algún momento un mundial de futbol en representación de la Selección de Japón, experiencia que viven participando en torneos amistosos de selecciones juveniles en Europa.

Sin embargo, Oliver y sus amigos no eran los únicos que tenían el sueño de jugar un mundial de futbol. Previo a la Copa Mundial FIFA de Estados Unidos de 1994, el estudio Hakuhodo Inc. En conjunto con NHK Software, realizaron en 1993 un trabajo mucho más realista y con menos ficción que la anteriormente mencionada. Goleadores, relató la historia de Ikaro Tatsumura, un joven brasileño de padre japonés quien es visto por la prensa brasileña como un verdadero diamante en bruto. Sin embargo, el reniega de jugar por Brasil y viaja a Japón para reunirse con una amistad que forjó con un joven japonés que vino a entrenar a su país (Rei). De este modo se queda en su casa y decide hacer su carrera deportiva en Japón en el equipo menor del Shimizu S-Pulse ante la férrea oposición de su madre, una influyente mujer de la sociedad brasileña. El objetivo de Ikaro es el mismo de Oliver, llegar con la selección de Japón al mundial de Francia 1998 y consagrar su carrera. Este sueño es también compartido por su amigo Rei y también por su gran rival en la serie, Clay, un hábil y rudo jugador del club Kawazaki Verdi.

Pero, y continuando con el fútbol, si los Supercampeones se caracterizaron por algunas jugadas inexplicables y en muchos casos fantásticas, hubo una serie que llevó todo lo anterior al extremo. La Liga del Dragón de 1993, fue una animación de Nippon Animation que llevo la popularidad del deporte rey a otro mundo, donde un representante de los humanos de nombre Tokio, se integra a un plantel de futbolistas conformado por dinosaurios en forma antropomórfica. Zambombazos de doble misil y mega disparos eran la característica de esta serie de 39 episodios que supo mantener entretenidos al público infantil de entonces.


Un nuevo tipo de defensores del universo

Si bien las series relacionadas con el fútbol fueron el gran boom de ese entonces de parte de los canales, los guardianes de la paz en el mundo también tuvieron sus representantes. Quizás los más importantes, son un equipo de jóvenes combatientes que conformaron un team que luchara contra las fuerzas del mal.

Fue así como vimos de parte de Tatsunoko y King Freatures, Fuerza G (Gatchaman) de 1972. Una serie animada que reúne a cinco jóvenes en su lucha contra el maligno conspirador Galactor. As Corazón Noble, Dirk Audaz, Agatha June, Autillo y Avecilla conforman un equipo de jóvenes dedicados a luchar contra el mal. En algunos casos, el equipo emplea “El Fenix”, una sorprendente nave espacial la cual combatía a monstruosas criaturas robóticas. En Japón esta serie es considerada como uno de los primeros grandes éxitos del género del “Sentai” Animado, y si bien la versión de la distribuidora norteamericana tuvo algunas alteraciones que llevaron a una edición de sonido bastante mala, la serie logró cautivar a un público de esa generación que esperaba animaciones de acción.

Otro show animado dedicado a héroes defensores del universo fue SagitarioEspacial, donde los héroes en 1986 toman forma antropomórfica. Toppy, Rana, Giraffe, Sebeep y Ann son los tripulantes de esta nave que vive un sinfín de aventuras y en algunos casos tocando temáticas maduras para el perfil infantil de la serie, entre ellas, holocaustos nucleares, piratería espacial, el alcoholismo y en algunos casos la muerte.


América bajo los ojos de oriente

Si algo caracterizó a este periodo fué la conmemoración de los quinientos años del descubrimiento de América. Para ello hubo una serie que supo mostrar varios aspectos misteriosos del periodo precolombino, incluso aquellos relacionados con misteriosas tecnologías milenarias desarrolladas en plena época inca.

Las Misteriosas Ciudades de Oro, serie producida por el Studio Pierrot en 1982 en conjunto con Antenne 2 de Francia, rescató todo aquello que relacionó la época posterior al descubrimiento del nuevo mundo, en donde se muestran las ambiciones de los navegantes hispanos respecto a la existencia de “ciudades de oro” en referencia a las grandes riquezas metálicas del antiguo impero sudamericano. En concreto, la serie muestra las aventuras de Esteban, un muchacho español que clandestinamente viaja al nuevo mundo portando un extraño medallón. Al llegar a América, conoce en sus aventuras a dos niños los que se transformarán en sus grandes amigos: Tao, un chico descendiente del pueblo Mu de las Islas Galápagos y Zia, una joven inca que posee un medallón similar al de Esteban. 

Cabe destacar que dentro de la serie también aparecen dos artefactos misteriosos que describen una tecnología –presuntamente extraterrestre- usada por los pueblos precolombinos: Solaris, un barco de combate herencia del pueblo de Tao, construido a base de oro y metales preciosos y por último el “Gran Condor”, una nave aérea con forma del ave característica de los Andes el cual también es hecho a base de oro.


Humor, dramas históricos y shoujo

El humor no puede estar ausente de esta época, y quizás una de las series más emblemáticas de ese momento fue La Rana Valiente (1972), una animación de Tokyo Movie Shinsha que recreó los aspectos más cómicos de un estudiante de primaria de nombre Hiroshi, quien en un afán de no llegar tarde a su escuela como habitualmente lo hacía, decide tomar un atajo. En el camino tropieza con una piedra y lo hace caer sobre una rana la cual se queda estampada en su polera. A partir de ese momento, la vida de Hiroshi no será la misma y comenzará a vivir junto con Raponshi una serie de situaciones divertidas tanto en su colegio como en su vecindario.

Saliendo del aspecto del humor, hubo una serie que supo llevar a través de la animación los llamados “Dramas de Época” en donde se recrea una historia en torno a un acontecimiento importante en la historia de la humanidad. Lady Oscar (1979) también proveniente de TMS y basada en el manga de Riyoko Ikeda “Berusaiyu no Bara” (La Rosa de Versalles) supo recrear el ocaso de la monarquía francesa y todas las intrigas que rodearon en ese momento a la corona. 

Oscar, una joven proveniente de una familia aristocrática se vio forjada desde la niñez a vivir la vida de un chico producto de la obsesión de su padre de tener un hijo varón. Llevando esa carga, realiza las enseñanzas previas para convertirse en capitán de la guardia real de la Corona Francesa, lo cual cumple con altos honores. Sin embargo, su primera tarea es la de pertenecer a la guardia protectora de la princesa de Austria, María Antonieta de Ausburgo, quien se transformaría en la Reina de Francia hasta la caída de la monarquía. La historia se desarrolla en medio de conspiraciones, intrigas y luchas de poder dentro de la familia real las cuales finalizan con la Revolución Francesa. Bajo todo este escenario la vida de Oscar transcurre entre sus obligaciones protectoras y un amor no admitido por ella hasta en las postrimerías de la serie.

Para finalizar este recorrido – y tal como lo describe e título de esta columna- dejamos a uno de los shoujos más curiosos del momento. Las MaravillosasAventuras de Honey Honey (1981) fue una serie de 29 episodios producida por Movie International Company (MOVIC) y Toei Animation que se remonta en la Europa del 1900 en pleno Imperio Austro-hungaro. Honey es una huérfana  bella pero algo torpe quien vive tranquilamente los días en Viena trabajando como sirvienta. Sin embargo, toda esa tranquilidad se termina cuando Lily, su gata, se traga accidentalmente una valiosa joya conocida como “La Sonrisa del Amazonas”. Flora, una princesa y propietaria del valioso artículo da órdenes para atrapar a la mascota de Honey, quien se encarga de impedirlo por temor a que esta sea sacrificada. La aventura se extiende por diversas ciudades de Europa, donde Honey emprende la huida, conociendo a un sinfín de personas quienes se disponen a prestarle su ayuda.


El rescate de estas animaciones del tiempo

Esta larga reseña que solo abarcó a un puñado de series de la época no tiene otro propósito más que “Rescatar” aquellas animaciones que con el paso del tiempo han quedado en el más completo olvido. No está de más en algunos casos, para la gente que vivió en esa época hacer un reload de los días en que la televisión cumplió un propósito más simple y económico. Pero no está demás mencionar para la nueva generación, que si tienen en algún momento el interés de descubrir estas obras de la animación, existen algunas personas que han podido rescatar de sus viejos betamax algunos episodios o fragmentos del doblaje los cuales pueden encontrarse disponibles en cualquier plataforma de videos.

Para finalizar, quiero hacer hincapié de algo que expuse en una columna mía escrita en 2012 con respecto a aquellos registros perdidos del anime del pasado: 

“¿Por qué es necesario rescatar estas obras? La Primera: Porque existe un nicho de mercado orientado a este tipo de contenidos (público de entre 25 y 40 años de edad) (…) La Segunda: Porque también existe un nicho orientado a un público joven que busca encontrar alternativas a las animaciones modernas, en términos de trama y calidad (…) Por último: El valor del registro para productoras y distribuidoras.”

Tal como se mencionó en su momento. Muchos de estos registros han sido víctimas del descuido principalmente de las distribuidoras las cuales, presuntamente, desconocen su real estado. Como bien sabemos, el tiempo no solo se lleva los recuerdos, sino que también desgasta el material con que se hacen, en términos de video y sonido. Es bien sabido que han pasado más de 20 años desde la televisación de las series mencionadas y que hoy en día su incierto paradero no les permite ver la luz en los nuevos formatos digitales existentes en estos días. El rescate de estas obras tienen gran valor tanto para el televidente que las conoció, como para la distribuidora la cual puede explotarla con nuevos masters y una renovación sonora del audio de doblaje. En fin, más de alguien va a valorar este tipo de trabajos, tanto por quien la conoció en aquella época, como por quien piensa en descubrirla.

Y tu: ¿Recuerdas alguna serie distinta a las mencionadas que hayas visto de esa época?

Nos vemos en otra ocasión.