[Columna] Que le absorbió el streaming a la televisión (Parte 1)
Hoy les vengo con esta columna pensando en dos detalles, y por la cual se publicara en dos partes, y es el tema de sobre que contenido le ha absorbido la llegada del streaming a la televisión, y en la que sentido se ha tenido que reformular el ultimo.
Lo que era una notoria tendencia antes de la llegada de la
pandemia, se disparó de forma dramática cuando el Covid-19 obligó a los
confinamientos. Allí se aceleró la adopción de servicios de video en línea, más
allá de que tuvimos un momento en que las producciones en directo como grabadas
tuvieron que ser paralizadas por meses, la misma pandemia proporciono un
pequeño impulso específicamente a los servicios de contenido de pago en línea,
logrando que el número promedio de ofertas streaming de hogares con algún
servicio OTT fuese de 3.8, mientras que en los hogares con servicios de TV paga
(cable, DTH o IPTV), el promedio de servicios OTT contratados fuese de 4.2.
Y es que la pandemia ha logrado que la empresas productoras
de televisión y cine tengan que dar un gran salto tecnológico, quizás no buscando
“innovar”, sino “absorber el dinero” que empezaron a perder debido a la
Covid-19 o incluso desde antes, y que acelero la introducción de estas al
streaming, y claro, define desde este 2021 una “guerra del streaming”, similar
a la “guerra de los videojuegos” (en cuanto a quien innova y ofrece lo mejor en
contenido y formatos) o la “guerra de los refrescos (o sodas)” (en cuanto a
quien lleva el mejor apoyo de consumidores).
En este caso nos concentraremos desde un punto de vista de “¿qué?”
ha logrado captar a la audiencia en ambos bandos, en un momento donde el mayor
reto que teniendo esta televisión tradicional ante el streaming corre de la
mano del contenido. Todo lo que se destaca es más de un punto de vista de
“suponer” y no de “asegurar”, ya que el streaming es la nueva etapa del
entretenimiento que “apenas” empezamos a conocer.
¿Qué es lo más atractivo del streaming contra la TV?
Trafico de plataformas.news |
El streaming pago a denotado ser una “ventana ideal” como medio para la emisión y venta exclusiva de series, y por las apuestas de las compañías cinematográficas, igualmente en el caso de películas, pero a su par, también está implicando al consumidor preguntarse dónde quedarse definitivamente, o que tanta “talanquera” se estará saltando de servicio en servicio.
Las mismas denotan
ese idealismo en cuanto a la versatilidad de poder observar tu serie o
película en cualquier momento, sin horario definido, sin censura (aunque ya hay
raros casos de haberla irónicamente), donde hasta podemos observar series ya
emitidas desde los 70s hasta el presente en cualquier instante y lugar, sin
interrupciones, al menos que la plataforma ponga publicidad, y con una buena
calidad de imagen, aunque en algunas plataformas puede que ser algo debatible.
Es por ello que destaco, son las series, dibujos animados,
películas, y quizás los documentales, la audiencia que estará absorbiendo el
streaming durante los siguientes años, no suena a mucho, pero abarcan la
cantidad de horas suficientes para retenernos por años mientras van sumando más
producciones. Los programas son el principal atractivo para casi la mitad de los consumidores latinoamericanos: más del 40% afirma que la disponibilidad de sus “programas favoritos” es una razón relevante para elegir un servicio determinado.
Aunque corre un detalle, si me gusta ver diversos contenidos de varias empresas ¿cómo hago si solo puedo pagar un servicio? (según Kantar, el 73% de los consumidores está suscrito a 1 plataforma de contenido online, teniendo el porcentaje restante la posibilidad de como mucho tener dos o más), porque hay que destacar que estamos viendo solo el comienzo de la “guerra de streaming”, y definir en estos momentos cual es la mejor plataforma para quedarse es complicado, más ahora, que es cuando se están definiendo en donde estarán X contenidos debido al licenciamiento como para “enamorarse”. En lo último recordemos que como este tipo de casos ya las hemos visto cuando Disney saco todos sus contenidos de Amazon y Netflix para mandarlos a Disney+, o cuando la empresa mexicana Televisa hizo lo mismo con Netflix para llevar su contenido a Blim (pero volvió luego chistosamente); muy probablemente veamos ese “recelo” de contenidos en algún momento por Warner Bros., Universal, AMC, A+E Networks, o de la más generosa, ViacomCBS, para ser enviadas a sus propias plataformas.
La mayoría de los subscriptores de TV paga planean dejar estos
servicios a medida que recurren a los de streaming como una opción más
asequible, arrojando un 74% de 13.000 encuestados, según el Value of Video
Report 2020, un estudio realizado por Grabyo,
sobre cómo valoran las suscripciones y los planes futuros para pagar por el
video. Según el estudio, 26% de los que ya han dejado la TV paga (o que planean
hacerlo) dijo que la principal razón es
el precio. Por ejemplo, más de un
tercio (35%) de los consumidores estadounidenses se suscribe actualmente a dos
o más servicios de video en línea y casi la mitad (47%) estarían dispuestos a pagar hasta US$35
por mes por ellos, claro, ¿esta misma pauta aplicable a América Latina, Asia o África?,
destaco que gran parte de los porcentajes de streaming justamente provienen de
Norte America.
En paralelo al crecimiento del video online, las tasas de
cancelación de la TV paga tradicional se han acelerado (tanto en Estados Unidos
como el resto del mundo), con millones de cortes más del servicio en 2020 en
comparación con 2019, pero donde otros estudios destacan, la estabilidad tanto
paras las compañías de TV por cable como satelital se originara como en 2026.
El gran interrogante
ahora es cuán estables son los clientes restantes de TV paga y qué pueden hacer
las operadoras para evitar las cancelaciones. Diversas opciones hay entre
ellas, quizás absorber y busca retener aquella población imposibilitada a usar
el streaming por otros factores, disminución de precios, o como ya sucede en
ciertos países, ofreces los servicios de streaming pago en sus paquetes.
Detalles curiosos
Un detalle llamativo
es la emisión anime, ¿razón?, es un contenido que al igual que en la TV
latina, tampoco ha logrado entrar de lleno en el streaming de América Latina, ¿qué existe Crunchyroll? o ¿Netflix
también produce lo suyos?, si, son muy importantes, pero, ambos presentan dudas
y/o polémicas en el futuro, y otras no
sabemos qué tan estables estén el futuro.
Crunchyroll
actualmente podría considerarse como el servicio de streaming de anime (legal) número
uno para América Latina, pero tiene quizás un futuro incierto ante el caso de
su venta (o no) a Sony, misma empresa
que maneja Funimation, y que
igualmente presta su propio servicio, ¿desaparecerá? ¿se fusionara? ¿coexistirán
(como de momento sucede)?, o, nada sucedera, aún no sabemos, y en caso que
ocurran las dos primeras, destacamos que Funimation de momento solo tiene
presencia en México y Brasil, y quizás su crecimiento sea lento y hasta
excluyente de cierto países, algo polémico desde que fue lanzado (más allá del
tema histórico que también ha implicado la marca en cuanto a la administración
y distribución de anime que representa la matriz).
Netflix es quizás
por mucho la plataforma más adecuada en transmitir anime, y como ya la misma
denota, es quizás de los pocos servicios que apostara a más anime en el futuro
cercano, tanto adquirido como producido (en caso del ultimo, incluyendo para
pena o gloria de algunos, sus siempre polémicas adaptaciones en live-action),
ya que ese “mercado niche” es uno que si
puede absorber fieles suscriptores, a diferencia de HBO Max, Paramount+ o
Disney+, que no denotan interés alguno en algo que no sea sus producciones
originales, pero claro, a la par no nos traerá todo el anime que queramos,
porque allí variara quien les distribuya y cuanto dure el contrato.
También existen maneras gratuitas de ver anime, como Pluto TV en el mejor de los casos, que
está disponible en todo América Latina,
y Tubi para México, aunque con un
catalogo algo limitado y no muy novedoso en estrenos, ya que básicamente emite
anime de los que si aposto en su momento la televisión, pero por ende, no es
malo tampoco.
Otros factores serán el lado económico y tecnológico,
insisto, no toda Latinoamérica lograra
tener acceso al streaming como si lo tiene de la TV, y allí es donde gana
aun la Televisión, tiene mejor disponibilidad y (quizás) precio para este
mercado latino, fuera de ello, las empresas de streaming no buscaran apostar
por igual a toda América Latina (como apuestan por México, Argentina, Colombia,
Chile y Perú suele ser mayor a la que hacen con Ecuador, Bolivia, el Caribe y
parte de Centroamérica, y casi una nula apuesta a facilitarlo para Venezuela y
otros cuantos más), porque no podemos mirarnos al mismo espejo de Estados
Unidos, ni tecnológicamente, mucho menos económicamente, y cuidado hasta
políticamente, que pueden alterar la manera de operar del servicio.
Un detalle también corre por parte de las filtraciones y los
colapsos. El streaming ofrece en “bandeja de plata” que el contenido que esté
presente pueda ser filtrado en las redes ilegalmente, y peor (para la empresa),
en un calidad tan grande, que el infiltrado en la sala de cine grabando a
escondidas queda chiquito; porque si bien las plataformas deben tener un gran
equipo informático, la historia ha demostrado que todo en el internet es
susceptible a ser hackeado o extraído. Son este tipo de problemas los que quizás
pueden ser el dolor de cabeza de los servicios, no todo lo tecnológico es bueno
a fin de cuestas.
De igual manera, esta la posibilidad que días antes de un estreno el
contenido puede que ya esté preparado en los servidores, y se filtre por un
error interno, como sucedió con Zack Snyder's Justice League por unas horitas a
pocos días antes de su estreno, que puede causar también la filtración de
spoilers. Y otro detalle son los colapsos, los “cuello de botella”, porque
háganse una idea, si Avengers: Endgame se hubiera estrenado primero en Disney+
(en su momento), es muy probable que hubiese surgido un colapso que saque de
línea el servicio por horas (o días), así como sucedió en la compra de entradas para la película en
las salas de cines.
Pero bueno, finalmente quedara ver como conviven el
streaming y la televisión, algunas empresas apostaran por ambas, otras no. Y un
detalle minúsculo, el primero aún tiene auge porque “estamos confinados”, pero
el día que vuelva la “normalidad”, y esos usuarios tengan que trabajar o salir
al mundo exterior, ese tiempo de consumo puede que baje, y en algunos casos,
las suscripciones superiores a dos plataformas en adelante pueden decaer.
Aún tenemos un camino por definir, pero, así como la TV no “mato” a la radio, mucho menos el streaming “matara” a la televisión como la conocemos... aunque quizás si desaparezcan unos cuantos canales en el camino... no se ustedes. Tengan en cuenta que cuando vemos cifras que engloban el streaming, este suma por igual contenidos que consumimos de Facebook, Twich y el clasico YouTube, por solo nombrar. Los servicios de streaming son particularmente populares en países con poca o ninguna oferta atractiva de televisión.
De resto, nos vemos en la segunda parte para definir que
contenido aún mantiene a flote la TV, ¡nos vemos pronto!.
Twitter: @Albert1027