[Reseña] Spider-Man - Sin Camino a Casa: El perfecto balance entre 'fanservice' y un buen filme
Por
Adrian Sandoval
el
22.12.21
Por lo general, cuándo se habla de personajes ficticios, los súper héroes generan sentimientos polarizantes en la opinión popular. Incluso en el mundo de las historietas, éste arquetipo de personaje tiende a ser visto cómo una luz de bondad y sacrificio en un mundo bastante cínico e individualista, o bien, cómo idealizaciones exageradas y presumidas de lo que son los seres humanos que representan un escapismo vacío. En lo personal, para mí son un recurso narrativo imborrable de nuestra cultura popular, y depende del artista si éstos personajes funcionan. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos de varios artistas para demostrar ambos puntos, siempre son sólo dos los personajes que veo con una regularidad casi permanente que son aprobados por idealistas y cínicos por igual: Superman y Spider-Man. Mientras que el Hombre de Acero es visto cómo una luz andante cuyas historias tratan de recuperar la fe en la humanidad o cómo una representación de los migrantes del mundo, el amistoso vecino es citado por muchos cómo el héroe que, narrativamente hablando, es el más identificable y humano de todos. Y tiene sentido, ya que quienes conozcan cualquiera de las versiones del personaje sabrán que la mejor manera de definir a Peter Parker es cómo un "desgraciado que nunca se rinde". Su vida es la definición de la Ley de Murphy, con una doble identidad dificil de mantener que le genera problemas en su vida laboral, sentimental, familiar y dependiendo de la edad de la adaptación, académica. A éso sumemos que trabaja para el mayor detractor de su faceta heroica y por lo general, la ciudad de Nueva York tiene una opinión polarizada de sus actos, entre quienes lo ven cómo el único que trata de hacer la diferencia, y quienes lo ven cómo una amenaza enmascarada. Y aún así; ahí sigue, con la frente en alto, adelante, no sin tambalear, pero siempre manteniéndose firme en el principio que aprendió del mítico Tío Ben, su figura paterna: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad." Y sus enemigos no son muy diferentes, siendo la mayor parte del tiempo victimas de su propio ego, desesperación o incluso idealismo, por lo que creo que con la excepción del Kingpin, la palabra que mejor define a los enemigos de Spider-Man es "tragedia". Cómo ya habrán intuido, Spider-Man no solo es mi héroe ficticio favorito, si no uno de mis personajes favoritos en general.
Es por ello que para cuándo se trata del hijo predilecto de Stan Lee y Steve Ditko, siempre procuro darle una oportunidad a todas sus adaptaciones y nuevas versiones, siempre con una mente abierta, pero también con un criterio, pues, critico (valga la redundancia). Dicho ésto, y fuera de Spider-Man 3 y El Sorprendente Spider-Man 2 (que no son del todo malas, pero sí son las más débiles entregas cinematográficas del arácnido), en general, me parece que el también llamado Hombre Araña ha tenido muy buena suerte en la pantalla grande. Las primeras dos películas de Sam Raimi con Tobey Maguire son joyitas que deben ser preservadas, la primera entrega de Marc Webb con Andrew Garfield me pareció una excelente visión del personaje, la animada Un Nuevo Universo es una obra maestra (y no aguanto para que lleguen las secuelas) y la versión de Jon Watts con Tom Holland me pareció fresca y novedosa por (irónicamente) regresar parcialmente a las raíces del personaje, pero sin dejar de tener su propia personalidad y dimensión, todo dentro del contexto del exitoso Universo Cinematográfico de Marvel. Algo que me gustó de las primeras dos películas fue que han mostrado una evolución natural, pero dolorosa de su versión de Peter, aprendiendo en la primera (De Regreso a Casa) que su valor cómo Spider-Man empieza por sí mismo y su propia determinación personal, y aprendiendo (por las malas) en la segunda (Lejos de Casa) que el peso de sus decisiones es grande y que actuar con irresponsabilidad traería grandes consecuencias. Es así cómo llegamos a una tercera entrega altamente anticipada, entre filtraciones y confirmaciones. Aún así, estoy consciente de que ésta versión del personaje no es la favorita de muchos (utilizare la palabra por tercera vez: es polarizante), entre quienes la consideran excesivamente dependiente del resto de su universo ficticio y particularmente de Tony Stark/Iron Man, y quienes no han tomado a bien su desarrollo cómo personaje. Es por ello que para Sin Camino a Casa, Jon Watts y su equipo en Marvel Studios y Sony Pictures tenían que arreglárselas para contentar a todo el mundo, tratando de hacer una película que redimiera a Tom Holland a los ojos de sus críticos sin dejar de lado a sus fanáticos (incluyendo quienes se volvieron fanes del personaje gracias a ésta versión). ¿Lo lograron? Ya sabemos que sí, pero igualito daré mi opinión y se la aguantan. Eso sí, habrá spoilers, así que si no han visto la película... ¿que demonios les pasa? ¿No se vacunaron? Si lo hicieron, váyanse al cine de una vez...
Una historia de redención para héroes y villanos
No contaré la historia porque, bueno, ya todos sabemos cómo empieza. Sólo les diré que la ejecución de la trama es excelente en muchos sentidos. Uno pensaría que traer de regreso vía el multiverso a los villanos de las dos sagas anteriores sería sólo un festival de fanservice sin mayor substancia, pero cualquier prejuicio desaparece una vez empieza la película. En primer lugar, el protagonista es Peter Holland (a quién por motivos prácticos lo llamaré así), y su viaje emocional y mental es lo que lleva la película desde el inicio. Luego de que sus decisiones llevaran al mundo a saber que él es Spider-Man y ver cómo han afectado a su circulo de personas más cercano, trata de solucionar las cosas cómo toda persona desearía, con MAGIA... con la excepción de que en su mundo sí es una vía razonable, o eso creyó él. Y pues, el desastre. Como dije, el viaje y desarrollo de Peter Holland en ésta película es sin duda el más profundo y doloroso que ha tenido cómo personaje, y realmente tanto la escritura cómo la actuación de Holland hacen que éste viaje no sólo sea convincente, también sumamente satisfactorio, aún con el sacrificio que lleva a cabo. Por otro lado, Ned y M.J también tienen una participación importante al ser mucho más activos en la trama, con Ned ayudando en lo que puede a Peter al igual que en las películas pasadas, sólo que ahora con la revelación de que tiene acceso a poderes mágicos, lo que lo hace tomar más parte de lo que sucede en la historia (incluyendo las dos partes en las que la sala de cine reacciona igual que las risas grabadas en una sitcom cuándo entra el invitado especial), mientras que M.J, al verse igual de afectada que Peter por la revelación de su identidad, se vuelve más emocionalmente abierta, y al igual que Ned, se involucra en la solución de los problemas que aquejan a nuestro héroe (una evolución que seguro hará que los detractores de su personajes en las películas pasadas terminen de quererla por fin). Por supuesto, no podemos dejar de lado al (ex) Hechicero Supremo, el Dr. Strange, quién cumple con la regla de ésta versión de Spider-Man de ser el personaje externo a su entorno en ayudarlo durante la película (igual que Tony Stark en la primera y "no era el verdadero Nick Fury" en la segunda). La manera en la que su personaje fue implementado en el filme me pareció acertada y apropiada, ya que es parte importante y vital de la cinta, pero no deja de ser un personaje secundario ni le roba protagonismo a Peter. Y pudiera hablar de la importante participación de May y Happy, pero éso ya sería contar la película, pero ambos también justifican con creces su presencia.
Y claro, luego tenemos a los invasores de otros universos; los villanos de las otras sagas cinematográficas de Spider-Man. A pesar de que estamos hablando de cinco villanos, todos son ejecutados de manera inteligente, con cada uno teniendo su momento para brillar. Cómo dije, los villanos de Spider-Man tienden a ser figuras trágicas que han caído victimas de su propio peso o ambición, y es en base a ello que el objetivo de la cinta es redimirlos, no derrotarlos. Ésto me dejó con un buen sabor de boca, al ver que al menos la mayoría de éstos personajes alcanza la paz interior de una u otra forma, en el caso de los doctores Octavius y Connors, de manera más satisfactoria y menos trágica que en sus respectivas películas. Cómo dije, cada uno de los cinco villanos invasores tiene su momento para brillar cómo debe, especialmente Norman Osborn y el Doctor Octopus, quienes llevan el mayor desarrollo de todos los antagonistas. Y claro, lo que todo el mundo esperaba: la participación de Peter Maguire y Peter Garfield y su química con Peter Holland es, en mi opinión, uno de los puntos fuertes de toda la cinta. Por un lado, tenemos a un Peter Maguire que tras todos los traumas de su trilogía ha alcanzado estabilizar su vida y hallar la paz consigo mismo, siendo claramente el más sabio y experimentado de las tres arañas (aunque sin ser el anciano que varios querían ver, afortunadamente), mientras que Peter Garfield, aunque más maduro tras los eventos de su duología, todavía tiene algunos demonios internos con los cuales lidiar (y de hecho, una de las mejores escenas del filme es una en la que finalmente cierra una herida psicológica y emocional que quedó muy abierta para la ultima vez que lo vimos). Ambos le son de consuelo y apoyo moral y emocional a Peter Holland en el que es su momento más bajo cómo personaje y lo ayudan a recordar quién es él y porque lucha. Las interacciones entre los tres son sin duda geniales y muy bien escritas, y los vemos en más de una ocasión conversar sus habilidades y vidas y reaccionando de manera apropiada y acorde a sus respectivas versiones del personaje. Y por el otro lado, J. Jonah Jameson está ahí, y cada vez que sale, se roba la cámara, sin mencionar que ésta versión del personaje es un muy buen reflejo de los periodistas y opinadores amarillistas de nuestra actualidad, recordando precisamente a cómo se comportan los extremistas políticos que tienen sus propios programas de televisión (seguro que a más de uno le recordarán figuras de sus respectivos países, ya sean de izquierda o de derecha), pero éso sí, sin perder nunca el carisma refunfuñón que caracteriza al editor del Clarín. Y si se lo preguntan, la aparición de Eddie Brock y de Venom de las películas protagonizadas por Tom Hardy es sumamente breve (con el simbionte solo hablando y ni siquiera apareciendo en cámara), pero deja su aporte importante y una escena hilarante. Y Matt Murdock también aparece brevemente para recordarnos que no se iba a conformar con ser un personaje menor en el UCM y que piensa involucrarse más, sin mencionar que su escena define al personaje perfectamente.
Por ultimo, tengo que destacar el guión. Si bien, no es perfecto, ya que tiene sus ocasionales vacíos lógicos, en general mantiene un muy buen balance de drama, acción, humor y emotividad, elementos característicos de los mitos de Spider-Man. Aunque no tengo absolutamente nada en contra del tono más ligero de las otras dos películas, se que a los más críticos de éstas les alegrará saber que el balance es sano y que en tono se asemeja más a las dos sagas anteriores. Aún así, los momentos humorísticos no tienen perdida, especialmente cuándo se decostruyen con ciertos comentarios a los personajes y momentos de todas las películas pasadas (incluyendo las del UCM). También, los buenos observadores verán que en los diálogos hay varias referencias discretas a la historia del personaje, las cuales afortunadamente no son excesivas. Y afortunadamente, las referencias al futuro del UCM se mantuvieron al mínimo, lo cual es bueno ya que de lo contrario se perdería en buena medida el impacto de la cinta. En general, una muy buena historia para disfrutar siendo fanático o no de Spider-Man.
Todos regresan frente a la cámara, y casi todos frente al micrófono
Algo que también hay que destacar es el regreso de todos los actores frente a las cámaras de las sagas pasadas. Mientras que Tom Holland, Benedict Cumberbatch y compañía hacen un muy buen trabajo con el material otorgado, es francamente genial ver cómo todos los actores de las sagas pasadas vuelven a sus papeles y actúan cómo si la ultima escena de sus respectivas películas hubiese sido grabada ayer. Alfred Molina logra capturar bien la arrogancia mezclada con humildad y melancolía de Otto Octavius, el Dr. Octopus. Jamie Foxx se adapta muy bien nuevamente a Max Dillon, Electro. Y aunque durante casi toda la película sólo salen de voz, Rhys Ifans y Thomas Haden Church también hacen lo propio cómo Curt Connors (el Lagarto) y Flint Marko (Sandman) respectivamente. Sin embargo, es Willem Dafoe quién se lleva las palmas cómo Norman Osborn, el Duende Verde (quién al igual que en la película de 2002, se nos muestra con un trastorno de doble personalidad, por lo que Norman y el Duende podrían ser considerados cómo personajes diferentes), demostrando el porque ha sido nominado varias veces al Oscar a Mejor Actor. Saltando de manera magistral entre el confundido y maltratado Norman y un sádico y psicótico Duende, Dafoe se roba los reflectores cada vez que aparece. Tampoco se queda atrás J.K Simmons cómo J.J Jameson, quién aunque ya había aparecido brevemente en la película anterior, aquí sí se vuelve a lucir en el papel del editor cascarrabias, aunque él tenía el beneficio de no haberse separado realmente del papel al volver en más de una ocasión a darle voz en distintos proyectos animados. Por su parte, Tobey Maguire y Andrew Garfield logran recapturar la esencia de sus respectivos Hombres Arañas, con Garfield en particular destacando por la escena que ya mencioné hace algunos párrafos. Es agradable ver que todos volvieron una ultima vez a papeles que amaron hacer con sinceridad, y se nota que hicieron su mejor esfuerzo.
Por su parte, el doblaje de la película también es digno de respeto. La gran mayoría de los actores de voz de las sagas anteriores regresan a retomar sus respectivos papeles, y cada uno de ellos se escuchan igual que cómo en 2002, 2004, 2007, 2012 y 2014. Desde Jesse Conde, Gabriel Pingarrón, Humberto Solorzano y Raúl Anaya de la trilogía de Raimi hasta Javier Olguín, Germán Febregat y Salvador Delgado de la duología de Webb, todos dan la talla y regresan con ganas a sus respectivos personajes, dándole un toque más que genuino al doblaje, por lo que si gustas de ver las cosas dobladas más por gusto artístico que por capricho cómo yo, no estarán decepcionados. Por su parte, es dificil hablar del doblaje de ésta película sin mencionar la gran ausencia de la misma. Cómo algunos sabrán, Luis Daniel Ramírez, también conocido cómo "Punko" (voz de Peter en la trilogía de Raimi, así cómo en Spider-Man: La nueva serie animada y El Espectacular Spider-Man) ya no labora en gran parte de los estudios de doblaje de México por motivos que no voy a mencionar pero que son de su completa responsabilidad (mis simpatías para con las actrices que se vieron afectadas por sus acciones), por lo que en ésta ocasión es reemplazado en su papel de Peter Maguire (y también en los pocos diálogos de Misterio al inicio de la película). Su rol es tomado por nadie menos que Víctor Ugarte, quién ya había interpretado a otra versión de Spider-Man en los videojuegos Marvel's Spider-Man y Spider-Man: Miles Morales de PlayStation 4 y 5, y debo de aplaudir su interpretación, ya que no solo logra asemejarse al tono que Ramírez usaba para Peter, si no que además su interpretación es tan natural que, aunque se nota el cambio de voz, éste pasa completamente desapercibido y se acopla bien a ésta versión del personaje. Todo un acierto. Personalmente, aunque lo que hizo estuvo muy mal y personalmente es algo dificil verlo igual que antes, he visto que Punko ha manifestado públicamente un profundo arrepentimiento, así cómo deseos de redención y rehabilitación, recibiendo incluso el apoyo abierto de varios colegas actores (incluidas actrices), así que, si sus palabras son sinceras, le deseo pronta redención, aunque su regreso normal al medio ya pasará por la voluntad de los estudios y el gremio. Cómo dijo el Tío Ben, "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad", así que solo a él le toca asumir la responsabilidad de sus acciones. Indiferentemente de ésta polémica, Sin Camino a Casa es una película que vale la pena ver tanto doblada cómo en su idioma original.
Una gran película para cerrar el año
Spider-Man: Sin Camino a Casa es, al igual que Spider-Man: Un Nuevo Universo, toda una carta de amor al amigable vecino, solo que a diferencia de la animada; que hace tributo al personaje y su historia, aquí el tributo va para las tres versiones cinematográficas que conocemos. Para los fanáticos, es una película imperdible, y sin duda una de las mejores de toda la franquicia, tanto de Spider-Man cómo del Universo Cinematográfico de Marvel, y para el resto, sin duda será una película más que entretenida para ver en grupo, ya sea con nuestra familia o nuestros amigos. También es una experiencia que debe ser vista en el cine, ya que las reacciones colectivas no tienen precio. Éso sí, si no se han vacunado, recomiendo que se esperen a que la película llegue a HBO Max, ya que ni siquiera el encuentro entre los tres Hombres Arañas de la pantalla grande valen el exponer nuestra salud, más ahora con una nueva variante que pareciera querer volvernos a encerrar en nuestras casas. ¡Recuerden las palabras del Tío Ben! En definitiva, una película que no puedo dejar de recomendar. Esperemos que las próxima trilogía que ya está en desarrollo esté a la altura, ya que la vara quedó muy alta, casi tanto cómo los lugares felices de los tres Peters.
©2021 Adrian Sandoval